martes, 31 de agosto de 2010

UNA UNION PERFECTA.....

Un día martes se dieron el «SI». Intercambiaron votos y promesas nupciales, intercambiaron anillos y se unieron para siempre en matrimonio: un matrimonio que ellos sabían duraría hasta que la muerte los separara. Sus corazones estaban unidos, sus voluntades fundidas en una sola, sus almas una misma.



Un día después del matrimonio, el miércoles, Victoria Ingram, de treinta y ocho años de edad, donó uno de sus riñones a su nuevo esposo Randall Curlee, un diabético de cuarenta y seis años. No sólo sabían compartir corazones sino también órganos internos.


El doctor Roberto Méndez, de San Diego, California, realizó el trasplante. Fue muy interesante el comentario del cirujano. «Victoria —dijo él— es la persona más desinteresada que conozco. ¡Es increíble!»

He aquí un matrimonio que da el ejemplo. Comparten absolutamente todo en la vida: su corazón, su voluntad, su alma, su destino, su casa, sus haberes, su Cuenta Bancaria y todos los gastos conjuntos del matrimonio. Encima de todo eso, ahora habían de compartir un riñón. ¡Unión perfecta!



Ese matrimonio se había formalizado para durar toda la vida. No se habían casado por uno o dos años nada más sino tal como Dios lo estableció desde el principio: para siempre. Y siempre quiere decir, sin excepción alguna, siempre.


Hay quienes alegan que una solución es el divorcio. Pero si acaso es una solución, es también una mutilación. Es más, cuando un brazo o una pierna se gangrenan y hay que recurrir a la amputación, siempre es, como quiera, una mutilación.

Ningún matrimonio debe llegar al naufragio. Y un divorcio es un naufragio en que todos pierden: se pierde el matrimonio, se pierden los hijos, se pierde el hogar, se pierde la familia, se pierde la sociedad. Nadie gana en un divorcio.

¿Se puede evitar un divorcio inminente? Claro que sí. Se evita cultivando aquellos valores que enriquecen el matrimonio: el amor, sobre todas las cosas, después la simpatía, el compañerismo, la honra y la ayuda mutuas, la comprensión, la comunicación, y el perdón siempre listo a pedirse y a darse.



Por encima de todo, si el matrimonio ha de ser feliz y duradero, es imprescindible que los cónyuges tengan los mismos valores espirituales. Cuando marido y esposa se entregan de corazón a Jesucristo y lo hacen el Señor de su vida, de su matrimonio y de su hogar, lo único que los podrá separar es la muerte.

Rindámosle nuestra vida a Cristo, y veremos que Él se encargará de que nuestro matrimonio sea una unión perfecta.

lunes, 30 de agosto de 2010

Reflexion..

Una señora muy pobre telefoneó a un programa cristiano de radio pidiendo ayuda, pues no tenía nada que comer.



Un brujo del mal que por casualidad escuchaba el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción:

Cuando ella pregunte quien mandó estos alimentos, respondan que fue el DIABLO!!

Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del brujo. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le preguntaron: ¿Señora no quiere saber quién le envió estas cosas? La mujer, en la simplicidad de la fe, respondió:

- No, hijito... No es preciso.

Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!


 




viernes, 27 de agosto de 2010

MIL DOSCIENTAS DOSIS MINIMAS.....

Todos los vecinos oyeron los terribles gritos del chiquillo esa tarde del mes de  septiembre.

Eran gritos agudísimos, de miedo, de dolor y de espanto. Cuando acudieron en gran grupo, vieron un espectáculo horrorizante: Mike Markham, un chiquillo de siete años, y su pequeño perro, estaban en el suelo junto a un árbol, materialmente cubiertos de furiosas avispas amarillas.



El pequeño Mike y su perro, de Apopka, estado de Florida, habían salido a jugar al campo esa tarde de otoño. Sin querer habían espantado un enjambre de avispas, y éstas los habían atacado. En el cuerpo del niño se encontraron más de mil doscientas picaduras. Y él, y el can, murieron como resultado del veneno.

La picadura de una avispa de las amarillas es en realidad de poco temer. Produce un poco de escozor y quizá una leve hinchazón pasajera. Porque la dosis de veneno es tan mínima que el cuerpo la disuelve en seguida. Pero cuando son mil doscientas dosis mínimas, introducidas en un solo cuerpo, ya la dosis se hace masiva, se vuelve mortal

 

Eso fue lo que pasó con Mike, alegre chiquillo de siete años. Quizá una, dos, o aun diez picaduras las hubiera resistido. Su cuerpo sano y fuerte hubiera rechazado la ponzoña. Pero fueron mil doscientas picaduras, demasiada ponzoña acumulada, y el pequeño no resistió.



Así pasa también con el pecado. Un solo pecado blanco, como solemos llamarle (aunque blanco no hay ninguno) puede pasar. El alma es capaz de resistirlo y eliminarlo. Una pequeña mentira, una glotonería pasajera, hasta una borrachera en una fiesta especial, pueden ser eliminados del alma como quien elimina una toxina que no conviene.

 

Pero, ¿qué pasa cuando ese pequeño pecado blanco se repite mil doscientas veces? Una pequeña mentira se vuelve hábito de mentir. Una borrachera en una despedida de solteros, repetida constantemente, se vuelve esclavitud al alcohol.


Un adulterio que se comete una vez, a fuerza de repetirlo, se convierte en un estado de continuo adulterio que emponzoña toda la vida del hombre, de la mujer y del hogar de ambos. Un pequeño hurto que parece insignificante, repetido cientos o miles de veces, corrompe todo el carácter y toda la existencia de la persona.

Sólo Cristo puede salvarnos de la dosis mínima del pecado y de la infección masiva que produce. Porque sólo Cristo tiene el antídoto contra toda forma de mal.




COMO HA DE RECIBIRSE NUESTRA MUERTE??...

«Tendido en la cama, con los ojos abiertos sin ver, Vargas imaginó cómo sería recibida su muerte por sus enemigos. Había escrito aquella carta para despedirse del gobierno y no de la vida.... pero podía servir también, e incluso mejor, para un adiós definitivo. La carta... estaba sobre el mármol de la pequeña cómoda del dormitorio, al lado de la puerta del baño....



»Haría lo que tenía que hacerse. Desagravio y redención. Una sensación eufórica de orgullo y dignidad se apoderó de él. Sí, su hija ahora lo perdonaría.


»Sacó el revólver del cajón de la cómoda y se tendió sobre la cama. Apoyó el cañón del revólver en el lado izquierdo del pecho y pulsó el gatillo.


 


»El comandante Dornelles conversaba con Barbosa en el pasillo....

»Oyeron el disparo. Dornelles corrió al dormitorio, seguido por Barbosa. Abrieron la puerta y vieron al presidente en la cama, con los ojos cerrados y la gran mancha de sangre en el lado izquierdo del pecho....



»Dornelles salió corriendo del dormitorio y volvió con Saramanho, cuñado de Vargas.
»—¡Dios mío! —exclamó Saramanho—. ¿Está muerto?




»—No lo sé —dijo Dornelles—. ¡Tenemos que llamar a Urgencias!...
»Zaratini, el mayordomo, corrió a avisar a los hijos y a la mujer del presidente....... Getúlio Vargas [estaba] muerto, sentado en la cama, amparado por la mujer y por otras personas que intentaban quitarle la chaqueta del pijama rayado manchado de sangre....



... Los peritos terminaron su trabajo y colocaron instrumentos y papeles en unas maletas negras. El primero que salió fue Vilanova....



»—... No hay duda de que el presidente se mató... —dijo...... Sólo habían extraído el proyectil, alojado en el tórax, e inyectado formol en las venas del cadáver....






»... De madrugada, por las inmediaciones del Palacio del Catete, [ya había una] multitud de personas que formaban colas inmensas para ver al presidente muerto.... Mucha gente lloraba y gritaba....






»El ataúd con el cuerpo de Vargas había sido colocado en la sala del jefe de la Casa Militar.... Al otro lado del ataúd estaban los hijos y el hermano del presidente....




»Desde las cinco y media de la tarde del día anterior —cuando el cuerpo había bajado del dormitorio en la tercera planta a la capilla ardiente y las personas que llenaban el salón lo recibieron cantando el Himno Nacional— los lamentadores desfilaban sin cesar delante del ataúd; colocaban pequeños papeles con peticiones en la mano del muerto, arrancaban las flores para llevárselas como recuerdo, rezaban. Muchos desmayaban y eran llevados hacia afuera....



»A las ocho y media... cerraron el ataúd.»1



Así narra el escritor brasileño Rubem Fonseca, en su novela histórica titulada Agosto, los sucesos en torno a la muerte del carismático caudillo Getúlio Dornelles Vargas el 24 de agosto de 1954, quien fue cuatro veces Presidente de la República de Brasil en el siglo veinte. Quiera Dios que el día de nuestro sepelio haya así mismo un buen número de personas que nos lloren a nosotros y lamenten nuestra partida al más allá pero no de tristeza sino porque aseguramos nuestra eternidad recibiendo a Cristo en nuestro Corazon.

Pero más vale que nos aseguremos de que ese día, cualquiera que sea la cantidad de personas que nos honren con su presencia en nuestra despedida de este mundo, haya más bien un buen DIOS que se alegre, celebre nuestra llegada y nos dé la bienvenida a esa morada, digna de un hijo, que nos ha preparado en la gloria celestial

lunes, 23 de agosto de 2010

EL COLMO DEL CONSENTIDOR......

Ocurrió en Siberia un día sábado, 2 de abril. El capitán Yaroslav Kudrinsky, piloto de una línea aérea comercial rusa, volaba sobre esas tierras frías y desoladas que antes formaban parte de la Unión Soviética. Su hijo Vitia, de doce años de edad, era uno de los setenta y cinco pasajeros que estaban a bordo. El avión volaba a diez mil metros de altura.

Desde pequeño, Vitia había sido el consentido de la familia y, sobre todo, el favorito de su padre. Siempre que pudo, Yaroslav dotó a su hijo de todo lo que podría traerle placer. El niño se crió como todo niño mimado: creyendo que era superior a todos los demás y que podía hacer cuanto quisiera.




A medio vuelo su padre le permitió entrar en la cabina de mando y poner manos sobre los controles. El muchacho, ya casi adolescente y pensando que lo sabía todo, movió bruscamente uno de los controles y la aeronave entró en picada. Por más que hiciera, el capitán Kudrinsky no pudo recobrar el control, y el avión se estrelló contra el suelo, matando a todos los que iban a bordo.

 

Es bueno amar a los hijos y darles toda la atención, el cariño y el cuidado que merecen. Y es bueno enseñarles el oficio del padre, si es que les gusta, y darles toda la enseñanza moral y espiritual que se pueda. Pero darle a un muchacho consentido, de doce años de edad, el manejo de un jet que lleva setenta y cinco pasajeros a bordo no sólo es una infracción de las leyes de la aviación sino también una estupidez alarmante.




La primera impresión que el hijo recién nacido debe recibir es que es amado sobre todas las cosas. A medida que el hijo va creciendo, la segunda impresión que debe recibir es que a los padres se les obedece. El hijo a quien no se le enseña obediencia y respeto crece sin dirección. El libro de Proverbios dice: «La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre» (Proverbios 29:15).

 
Lo más importante es que cada uno de los que son padres y madres de familia los mantengan en el camino de Dios. Sólo así podremos inculcar en los hijos  principios morales eternos que serán la brújula que los dirigirá en el camino áspero de esta vida. Porque nuestro peregrinaje con Cristo, que traza el camino por el que andamos con Él, es el mapa que les dará la sana dirección que necesitan.

 

Determinemos que la educación de nuestros hijos ha de comenzar con la formación espiritual. Si los criamos así, saldrán al mundo con el entendimiento despejado y el corazón limpio, y no podrán menos que vencer.


sábado, 21 de agosto de 2010

LA FIERA SIEMPRE SERA LA FIERA....

Blanco con algunas rayas negras, elástico, sinuoso e inquieto, era la atracción principal del zoológico. Llevaba el nombre de la ciudad de la India donde había sido cazado, Lucknow. ¿Qué era? Un espléndido tigre blanco.



David Juárez, de cuarenta y cinco años de edad, el encargado de velar por el bienestar del tigre, entró ese día en la jaula para hacer la limpieza. En eso, la fiera, generalmente amistosa, saltó sobre él y lo mató.




 
El director del zoológico, refiriéndose a la fatalidad, dijo: «A la fiera la podemos sacar de la selva, pero no podemos sacar la selva de la fiera.»



David Juárez no es el primer cuidador de fieras que muere en las garras de alguna de ellas. Es algo que ocurre con cierta frecuencia en zoológicos, parques naturales y circos. La fiera sigue siendo fiera, aun detrás de barrotes de hierro.



Es cierto que no se puede quitar la fiereza que está dentro de los mamíferos carnívoros. Aun el gato doméstico, tan mimoso y dulce, de repente saca las uñas y causa dolorosas heridas. Al perro más fiel puede despertársele el lobo ancestral que tiene adentro, y clavar los colmillos en quien esté más cerca.



 

Cinco mil años de civilización no han podido sacar del corazón humano la bestia primitiva. Detrás del telón de la religión, la cultura, la educación, las buenas maneras, los trajes bien cortados y las joyas, se esconde el Caín, el Nerón, el Calígula, el Gengis Kan de las antiguas crónicas de la humanidad.



Los filósofos y los moralistas se hacen la pregunta: ¿Por qué será la humanidad así? La razón se asemeja al refrán del director del zoológico: «A la fiera la podemos sacar de la selva, pero no podemos sacar la selva de la fiera.»



Al corazón del hombre, desde que cayó en el jardín del Edén, lo ha dominado la ambición, la codicia, el narcisismo, la envidia y el odio. Recubierto de civilización, bulle todavía dentro de él la fiera que habitó las cavernas. El hombre es un empedernido pecador, y no hay remedio humano para él.



Sin embargo, Jesucristo, el Hijo de Dios, puede quitar de ese hombre el corazón de piedra que tiene adentro y poner en su lugar un corazón de carne. Cristo tiene poder para convertir al pecador en una nueva criatura, pues transforma, regenera, corrige y salva. Sólo tenemos que entregarnos a Dios de todo corazón. Cuando hacemos eso, Él nos convierte en una nueva criatura. Esa trasformación puede ser nuestra. Rindámonos hoy mismo a Cristo.



LA MUERTE DE LA MUERTE....

«LA MUERTE DE LA MUERTE»

Julio Azael Zepeda, de Barranquilla, Colombia, se probó el traje una vez más. Era un traje viejo, de más de cinco años, pero por eso mismo le tenía más aprecio. Todo lo encontró correcto: las medidas, el color, la tela, los adornos. Y como desde hacía cinco años, sonrío satisfecho.





Después de colgar el traje en el ropero, salió a la calle. En pocos días comenzaba el carnaval de 1984, pero en la calle, inesperada e intempestivamente, lo atropelló un carro tirado por mulas. Julio Azael encontró la muerte, y allí en el ropero quedó esperándolo su traje de «La muerte». Porque ese era el disfraz que usaba con todo éxito cada año en el carnaval. Se vestía de muerte para desafiar a la muerte.




 
«Fue la muerte de la muerte», anunciaron los diarios de Barranquilla.

Aquí tenemos otra de tantas ironías de la vida. Julio Azael Zepeda se disfrazaba todos los años con el disfraz de Muerte: paños negros, esqueleto pintado, calavera pálida. Era uno de los mejores disfraces del carnaval de Barranquilla. Pero de tanto bromear con la Muerte, la Muerte de Carnaval, lo sorprendió la otra muerte, esa que no es un disfraz ni un chiste ni un carnaval: la muerte auténtica y verdadera.



Lo que llamó la atención fueron los titulares de los diarios: «Murió la Muerte»; «La Muerte encontró a la muerte»; «La muerte de la Muerte». Todos los titulares giraban en torno a la misma paradoja, la misma ironía, el mismo chiste macabro.







Sin embargo, el concepto de «la muerte de la muerte» es perfectamente bíblico. Es una de las promesas más grandes que Dios le ha hecho a la humanidad. Lo expresa en verso el profeta Oseas en el capítulo 13 de su profecía: «¿Dónde están, oh muerte, tus plagas? / ¿Dónde está,
oh sepulcro, tu destrucción? ¡Vengan, que no les tendré misericordia!» (v. 14).
Y en el libro del Apocalipsis, la última gran profecía de la Biblia, se estampa: «Ya no habrá muerte» (21:4). La muerte, que ha sido la compañera inseparable del hombre desde el día en que Adán pecó y ha sido la más temible experiencia de todas, un día dejará de existir. Ya no atacará más, ni morderá más, ni volverá a destruir felicidades e ilusiones, ni a provocar dolores y lágrimas.

Sólo Jesucristo, el Señor resucitado y viviente, tiene el verdadero y absoluto poder sobre la muerte y el sepulcro. Sólo Cristo tiene vida eterna para darnos.

jueves, 19 de agosto de 2010

LA SUEGRA..


La Suegra

Hace mucho tiempo, una joven llamada Lili se casó y fue a vivir con el marido y la suegra.


Después de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Lili fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba.





Los meses pasaron, Lili y su suegra cada vez discutían más y peleaban.

De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Lili, no soportando más vivir con la suegra, decidió tomar una decisión y visitar a un amigo de su padre. Después de oírla, el tomó un paquete de hierbas y le dijo: 'No deberás usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque ello causaría sospechas. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda, tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones. “Lili respondió: Si, Sr. Huang, haré todo lo que el señor me pida.



Lili quedó muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy apurada para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra segun ella con las hierbas que le habian otorgado.


 
Pasaron las semanas y cada dos días, Lili servía una comida especialmente tratada para su suegra. Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre. Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada. Lili había controlado su temperamento y casi nunca la aborrecía. En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil de lidiar con ella. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.


Un día Lili fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo: Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le di.


El Sr. Huang sonrió y señalo con la cabeza: 'Lili no tienes por que preocuparte. Tu suegra no ha cambiado, la que cambió fuiste tú. Las hierbas que le di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella'.


A veces creemos que las exigencias de Dios son muy duras. Creemos que no tenemos porque obedecerlas. Sin embargo, una vez que probamos su amor, la obediencia fluye sola. Jesús nos cautiva con su amor y entonces cuando lo probamos no nos cuesta obedecerlo.






Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.


Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.


Juan 15:10

UN NUEVO ESPEJO PARA EL ALMA DE ANGEL..

UN NUEVO ESPEJO PARA EL ALMA DE ÁNGEL



Ángel Pérez, de Montevideo, Uruguay, tenía ocho años cuando, por primera vez en la vida, contempló su rostro normal al mirarse al espejo tras una operación quirúrgica.




El niño había nacido con una enorme mancha en el lado izquierdo de la cara. La mancha era tan grande que le abarcaba el cuello y una oreja. El aspecto del rostro de Ángel era tan feo que los compañeros de escuela lo rehuían.





A una acaudalada mujer argentina, que prefirió permanecer en el anonimato, le llamó la atención el patético caso de Ángel y se compadeció de él. Mediante el Club de Leones de Montevideo, la benefactora contrató los servicios del eminente cirujano plástico José Pedro Cibils Puig, que ya años antes había realizado una operación similar en una niña panameña. La operación del cirujano, que fue un rotundo éxito, le devolvió al niño un rostro normal, y contribuyó a que se normalizaran, al mismo tiempo, su alma, su carácter y su vida entera.









Bien se dice que el rostro es el espejo del alma. El rostro traduce todos los sentimientos que agitan el alma. El amor, el odio, la alegría, el pesar, la tranquilidad, el miedo: todo se refleja en las líneas del rostro. Y aun las distintas conformaciones de carácter, así como las enfermedades físicas y mentales, pueden leerse en el rostro como en un libro abierto.






La Biblia dice que cuando Dios no recibió la ofrenda de Caín con el mismo gusto con que recibió la ofrenda de su hermano Abel, en el rostro de Caín «se le veía lo enojado que estaba». Mucho antes de que aquel hijo mayor de Adán y Eva se convirtiera en el primer fratricida, cometiendo el terrible delito de matar a su hermano, ya las intenciones de Caín se dibujaban en su rostro. No le era posible ocultarlas. Y es así con todos nosotros. Porque en el rostro llevamos dos sellos.



El primero, desteñido y desdibujado, es el sello de la hermosura y la gloria que tuvimos en la inocencia. En cambio, el segundo, cada vez más ordinario y pronunciado, es el sello de nuestras pasiones febriles, de nuestros disgustos, de nuestros malestares, de nuestros tormentos y de todas nuestras aflicciones.














Gracias a Dios, su Hijo Jesucristo, el Médico divino, el Gran Cirujano Plástico, es capaz de darnos un nuevo corazón y, con él, un nuevo rostro. Permitámosle a Cristo que cambie nuestro semblante por completo. Pidámosle que nos dé, así como el cirujano le dio a Ángel Pérez, un nuevo espejo para el alma, de modo que la paz que se dibuja en nuestro rostro refleje la transformació n que se ha efectuado en nuestro corazón.

EL TESORO ESCONDIDO (Mes de la Biblia en Guatemala)

Don Julio Gómez Arbizú hacía un viaje a caballo por el campo. Al ocultarse el sol, pidió posada en una casa que estaba a la vera del camino. La casa tenía aspecto de pobreza. No había muebles, y la alimentación era escasa. Todo daba la impresión de suma indigencia.

La señora de la casa era joven, y sin embargo en su rostro se veían las huellas de una vida llena de sinsabores. No era de extrañarse. Su esposo era un borracho empedernido que la maltrataba una y otra vez.

Mientras el visitante miraba el aspecto de aquel hogar, vio una vieja y olvidada Biblia que estaba en un rincón. Al despedirse, le dijo a la familia: «Hay en esta casa un tesoro que los puede hacer ricos.»

Después que el forastero partió, los dueños de la casa comenzaron a buscar lo que a su juicio tendría que ser una joya o una vasija llena de oro. Hasta hicieron hoyos en el piso, pero todo sin resultado.

Un día la señora levantó la Biblia olvidada, y encontró escrita en la guarda esta nota: «Lea Salmo 119:72.» En ese pasaje de los Salmos encontró la siguiente afirmación: «Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de monedas de oro y plata.» La señora, recordando las palabras del visitante, se preguntó: «¿Será éste el tesoro del que habló el forastero?»

Así que le comunicó al resto de la familia lo que pensaba, y empezaron a leer la Biblia. Con eso, un gran milagro comenzó a efectuarse. El borracho se convirtió en un hombre trabajador. El color volvió a las mejillas de la señora. La armonía desplazó el resentimiento, y la felicidad retornó al hogar.

 
Cuando el forastero visitó de nuevo la casa, había desaparecido de ella todo indicio de tristeza. En su lugar reinaba la paz. Con el corazón rebosante de gratitud, la familia le dijo: «Encontramos el tesoro, que se ha convertido en todo lo que usted nos dijo.»

Lo cierto es que la Biblia es el Libro por excelencia. Produce resultados positivos en la vida de quienes lo estudian con fe y con devoción.

 
¿Con cuánta frecuencia leemos nosotros la Biblia? ¿Hemos leído la historia de Abraham? ¿Hemos experimentado la satisfacción que produce la lectura de los Salmos? ¿Hemos seguido la vida de Cristo? Si no hemos leído la Biblia, hemos hecho caso omiso del mensaje más importante para nuestra vida.

Leamos la Biblia. En ella encontraremos tesoros que cambiarán nuestra vida. Leámosla con sinceridad y fe. Dios, mediante su Santa Palabra, quiere hablarnos. Leamos ese tesoro que hace rico a todo el que lo descubre.







EL DIABLO DE LOS MUSULMANES









Era una de las celebraciones grandes en la Meca musulmana. Se trataba de una de las fiestas tradicionales de la religión islámica. Realizaban, con miles de peregrinos, el ritual de apedrear al diablo.

La costumbre se llevaba a cabo en cuevas donde, según la tradición, residía el maligno. La multitud iba de cueva en cueva con piedras en las manos y las arrojaban —decían ellos— contra el diablo. Sólo que en esta ocasión se produjo una estampida de tales proporciones que cundió el pánico en la multitud.


Cuando todo hubo pasado, además de haber muchos heridos, hubo 829 muertos. Algunos de ellos fueron pisoteados, otros golpeados y otros apedreados.

Muchos le tienen terror al diablo; otros se burlan de él. Otros procuran exorcizarlo con ritos y ceremonias, mientras que otros niegan su existencia. Para los musulmanes la costumbre es tirarle piedras una vez al año, y muchas veces hay pánico colectivo que deja como saldo a muchos muertos y heridos.

¿De veras existe el diablo? La Biblia dice que sí, y que es el enemigo más grande del hombre. La Biblia lo llama destructor, acusador, príncipe de este mundo, y padre de la mentira. No sólo existe, sino que encarna todas las fuerzas malignas que se oponen a Dios y a su Hijo Jesucristo.
Sin embargo, las armas que se toman contra Satanás no son ni piedras ni ninguna cosa inanimada. El diablo es una persona, y la única manera de neutralizar su influencia es tener a Jesucristo en el corazón.

El apóstol Juan, en su primera carta a la iglesia universal, declara: «El que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo» (1 Juan 4:4). Es decir, Cristo, que habita en el corazón de todo el que le da entrada, tiene más poder que Satanás, que habita en este mundo.

Si hemos llevado una vida de luchas continuas, de problemas interminables, de aflicciones, contiendas, hostilidades y altercados constantes, es posible que hayamos provocado todo ese malestar nosotros mismos, pero también es posible que Satanás haya estado procurando quitarnos toda noción de tranquilidad, paz y armonía.
La única fuerza en el universo que puede contrarrestar la fuerza del diablo es Cristo, que venció a Satanás mediante su muerte en la cruz. Por eso el que acepta a Cristo como su Señor y Redentor ya no tiene que temer al diablo, porque éste no tiene ningún dominio sobre él.

Coronemos a Cristo como Rey de nuestra vida. Rindámonos a Él. Sometámonos a su señorío. Él apedreó al diablo de una vez por todas al morir en la cruz por nosotros.

miércoles, 18 de agosto de 2010

ENAMORARSE O AMAR..

ENAMORARSE O AMAR

 
A veces confundimos nuestros sentimientos por alguien y lo peor es que  nos olvidamos de nosotros mismos por ese alguien; pero ¿es valido a ese punto?Nos ENAMORAMOS cuando conocemos a alguien, por quien  sentimos atraccion y dejamos caer a el o ella las barreras que nos separan de los demás.

Cuando compartimos con esa persona nuestros sentimientos
  y pensamientos más íntimos, tenemos la sensación de que, por fín! hicimos una conexión con alguien. Este sentimiento nos produce gran placer, hasta la química de nuestro cuerpo cambia, dentro de tí se producen unas sustancias llamadas ENDORFINAS y empezamos a crear fantasias, sueños y pensamientos donde solo tiene cabida la otra persona antes que Dios y nuestra familia y no me dejaran mentir, dormimos pensando en esa persona, nos levantamos pensando, desayunamos almorzamos y terminamos cenando y esa persona se convierte en nuestro mundo.
Nos sentimos felices y andamos todo el día de buen humor y atontados que bonito es enamorarse pero muchos aca se EQUIVOCAN, porque no llegan a AMAR sino mas bien crean una imagen perfecta de lo que no es la persona.
Cuando estamos enamorados
 nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo. Esa es la diferencia entre enamoramiento y el amor verdadero AMAR.
Empezamos a amar cuando dejamos de estar enamorados. ¿Que...? Si asi es como lo lees..

Así es,
 El amor requiere conocer a la persona, requiere tiempo y espacio, requiere reconocer los defectos del ser amado, requiere ver lo bueno y lo malo de la relación, de lo que ambos tengan y son capaces de dar o de sobrellevar para amarse siempre y no someter la infidelidad o los problemas que un dia los llevan a la Separación, muchos jovenes se ENAMORAN  y dicen somos el uno para el otro casemonos en el camino nos arreglamos porque nos amamos... ufff pues no fijate tienes que aprender a Amar antes de decir SI o NO a una decision para toda una Vida porque donde dejes de estar solo enamorado o mas bien donde vez las debilidades, las diferencias o lo malo de tu pareja entonces posiblemente se acabe el amor es por ello que mucho Cuidado.

No quiere decir que enamorarse no es bueno, al contrario, es maravilloso. Sin embargo, es solo el principio. Muchas personas son adictas a estar enamorados. Terminan sus relaciones cuando la magia de haber conocido alguien nuevo desaparece; cuando empiezan a ver defectos en la otra persona y a darse cuenta que no era tan perfecta como pensaban.

El verdadero amor no es ciego, simplemente enamorte si te siega lo vez perfecto cuando no lo es,
Cuando amas a alguien puedes ver sus defectos y los aceptas, puedes ver sus fallas y quieres ayudarle a superarlas. Al mismo tiempo esa persona ve sus propios defectos y los entiende. EL AMOR VERDADERO ESTA BASADO EN LA REALIDAD NO EN UN SUEÑO de que encontraste a tu príncipe azul o a tu princesa encantada.

Encontrastes a tu alma gemela, pero también los gemelos discuten y también tienen diferencias.

Amar es poner en una balanza lo bueno y lo malo
 de esa persona y después igualmente amarla. El amor es una decisión conciente de lo que  cada uno es.

Muchas veces conocemos personas
 que dicen que se enamoraron de alguien y que no puede evitarlo. ¿Que se supone que es una cuestión de suerte? ¿Que se supone que amamos por arte de magia?¿Que se supone que alguien mas tiene poder sobre nosotros?.

De ninguna manera. Puedes sentir una gran admiración por alguien, puede atraerte,puedes desear tener una relación con alguien, puede estar muy agradecido por lo que alguien ha hecho por tí, pero....no le AMAS porque ni siquiera conoces su vida, su caracter supones lo que es pero necesitas conocerlo por un tiempo compartir para saber si  lo amas o simplente te enamoraste viendo un lindo rostro o posiblemente un cuerpo joven y apuesto que en tan pocos años se borrara y se acabara lo que hoy sientes.

El amor nace de la convivencia, de compartir, 
de dar y recibir, de intereses mutuos, de sueños compartidos. Tú no puede amar a alguien que no te ama o que no se interesa en ti.
EL AMOR VERDADERO ES RECÍPROCO por eso esta es la llave del verdadero amor de Amar y vivir la realidad, debes conocer a tu pareja, debes ser sincero (a) con el, debes tener confianza, debes de compartirle tus sueños y fracasos, debes organizar tu tiempo con el y comprenderse mutuamente, no puedes estar atado (a) a ser inferior o sentir que alguien domina tu vida, deben de respertarse el uno al otro y lo mas importante deben de ORAR de conocer cada dia mas a DIOS y bendecir una relacion de noviazgo para cuando tomen la decision de casarse Sabran que han hecho las bases para un VERDADERO MATRIMONIO .

Pero no Empieces mal
No puedes ser novio (a) con una persona que no conoce a Dios que no comparte la misma fe en Cristo Jesus.

Recuerda el dicho todo lo que empieza bien termina bien
y Todo lo que empieza mal termina mal.

No busques a alguien considerando que en el camino va a cambiar que estando juntos todo va a ser distinto si estas con esa mentalidad dejame decirte cuan equivocado (a) estas.

El Verdadero amor, es maduro al paso del tiempo de conocerse y de saber que pueden sobrellevar cada area de sus vidas juntos, sueños, realidades, propositos, estudios, hijos, finanzas, y sobre todo una Vida Espiritual

Bendiciones...

ESTOY LISTA...


Verónica Argüello comenzó el paseo. Fue un paseo fuera de lo común, en camilla y por pasillos iluminados. Un paseo silencioso, llevada por enfermeras en zapatillas. Los que se cruzaban con ella le sonreían débilmente. Sería el último paseo de Verónica, un paseo que se interrumpiría bruscamente en medio del camino. Aquella joven argentina, de apenas catorce años, iba a recibir en Toronto, Canadá, el segundo trasplante de hígado. Estaba grave, muy grave, casi en estado de coma.
A la mitad del paseo de la sala hasta el quirófano, abrió los ojos, miró a su mamá por última vez y le dijo: «Mamá, ya estoy lista.» De allí partió a la eternidad. No logró siquiera llegar a la sala de operaciones.
El caso de esta adolescente enferma conmovió por lo menos a tres países: Argentina, Estados Unidos y Canadá. El hígado no le funcionaba, así que la llevaron desde Buenos Aires, Argentina, país en el que nació, hasta Los Ángeles, California, en busca de un tratamiento apropiado. De Los Ángeles la trasladaron a Dallas, Texas, y de Dallas a Toronto, Canadá, porque tanto en Dallas como en Toronto había especialistas en trasplantes de órganos.
Centenares de personas en los tres países aportaron dinero para su operación. Se pusieron a su disposición los mejores equipos médicos. Y fue la receptora de dos donaciones de hígado, algo extraordinario en esos tiempos. Pero nada de eso dio resultado. En el último pasillo del último hospital, camino a la sala de operaciones, Verónica sonrió, miró a la mamá y le dijo: «Estoy lista», y abandonó el cuerpo.
No se contempla con tanto miedo la muerte cuando se está preparado para morir, cuando el alma está en armonía con Dios al haber aceptado la paz que Cristo hizo por nosotros con Dios al morir en la cruz. Cuando llegamos a disfrutar de esa paz, se anhela más el cielo que la tierra, la vida eterna más que la presente, y a Jesucristo, el Señor y Salvador, más que a ninguna otra persona de la tierra.
Al fin Verónica pudo descansar. Su corazón no daba más. Su cuerpo se quebraba. Su alma se liberó de esa cárcel material. Pero estaba preparada para morir, y morir así no es morir. ¡Es renacer! Es dejar las sombras grises de este mundo para entrar en la luz esplendorosa de la presencia de Cristo.
Esa sufrida joven había aprendido a tiempo la valiosísima lección que Cristo mismo enseñó mediante la parábola de las diez jóvenes solteras: «Las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta —dijo el Señor—. Así también ustedes deben estar preparados