jueves, 2 de septiembre de 2010

ME ALEJE DE DE DIOS...

ME ALEJE DE DIOS

"He dejado de asistir a la iglesia no puedo mas, me siento mal, mejor no estorbare
quiero pedir que me lleven en sus oraciones pero prefiero estar asi como estoy.”


 
Lo anterior lo pronuncio y escribio un joven. Si pudiéramos oírnos cuando decimos esto y pudiéramos oír a tantos jóvenes pronunciando este mismo dicho ME ALEJE DE DIOS, determinaríamos que no solo es el hecho de haber perdido la paz y el gozo Espiritual y posiblemente haber vuelto nuevamente a un vicio o una felicidad pasajera, y el cuidado total que debería importar realmente pues es un vida a punto de PERDERSE…



¿Qué harías tú frente a un hombre ciego que camina derecho hacia un abismo o precipio?

¿Qué harías tú ante un automovilista que corre, en una noche oscura con el asfalto mojado, y sin darse cuenta en dirección a un puente cortado?



 
El peligro que enfrenta un joven creyente que se ha alejado de Dios no es menor; al contrario pues VA NUEVAMENTE A LA PERDICION Y POSIBLEMTE A UNA MUERTE SEGURA…

 

PELIGRO DE PERDER LA VIDA

¿Que si te apartas de Dios estás en peligro de perder tu vida?

Cuando se es joven, es la edad de las grandes decisiones. Lo que tú elijas ahora te seguirá para toda tu vida. En lo sentimental, Laboral, Intelectual y Espiritual. En casi todo lo que hagas. Cuando seas adulto, estarás determinado por lo que hiciste (o no hiciste) cuando se es joven.

La vida le exige la sabiduría de la vejez para la toma de decisiones atinadas. ¿Quién aconsejará en ese momento? ¿Los padres? No, y aunque lo hicieran, si la sabiduría no está en el corazón del joven, los padres poco podrán hacer para suplirla. Los consejos de los padres, por sabios que sean, no hallarán eco en el joven a menos que dentro de él esté la Sabiduría. ¿Aconsejarán los pastores? Si el joven está lejos de Dios no buscará el consejo de un pastor. Su círculo de amigos le parecerá mejor que el más sabio consejero, aunque su fin sea la muerte misma.


 
Si eliges mal la esposa (o el esposo); si eliges mal tu profesión, y después quisieras servir al Señor, encontrarías un estorbo difícil de superar. La única posibilidad de no equivocarte en estos importantes asuntos es volviéndote al Señor (antes de que sea tarde) para que Él sea tu sabiduría.

LA OVEJA Y EL CERDO

Otro peligro es volver al pecado y a la inmundicia.

Cuando un hombre se acerca a Dios se aleja del pecado, pero cuando se aleja de Dios se acerca peligrosamente al pecado. Siendo un hijo de Dios, y habiendo conocido la santidad, se ve envuelto en las costumbres de los que no conocen a Dios. ¿Cuál será allí su satisfacción? Allí se sentirá muy desdichado. Una oveja y un cerdo reaccionan de manera diferente en el fango. Un cerdo que se mete en él gruñe de satisfacción y se enoja si intentan sacarlo. Una oveja, en cambio, no va a estar feliz allí, porque no está en su elemento. Va a luchar hasta que logre salir de él.



 
Un joven lejos de Dios está muy próximo a caer en el barro, a ensuciar sus ropas. Allí no va a disfrutar del sucio placer mundano, porque el Espíritu Santo le redargüirá. No está bien con Dios, pero tampoco estará bien en el mundo.

Su suerte será muy desdichada mientras no vuelva a Dios.

Lo que se siembra, se siega

Las palabra afirma:

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (Gál.6:7)


 
La juventud es una época de siembra. Muchos pecados cometidos en la juventud tienen su cosecha de muerte el resto de la vida. Un hijo concebido en la soltería, un accidente físico, un exceso moral, exceso de sexo durante la soltería y la convivencia con alguien, todo ello es una siembra que traerá inevitablemente una cosecha.

Muchos traumas sicológicos que llevan los adultos son el efecto de una dura experiencia juvenil, de un pecado largamente acariciado. Sin embargo, tú puedes sembrar también una buena semilla. La sensatez, la cordura y la sabiduría de Dios pueden guiarte eficazmente para no errar el camino. Tu vida adulta puede tener la paz y el reposo que dan las decisiones sabiamente tomadas cuando tú estás en paz con Dios.

ADVERTENCIA E INVITACION

¿Cuál es, entonces, la palabra para los jóvenes que creen en Dios, pero se han alejado de sus caminos? Es, fundamentalmente, una palabra de advertencia.

Pero no es sólo eso. Es también una palabra de invitación.

La Palabra de Dios dice: “Buscad a Dios mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano” (Is. 55:6). Y también dice: “Acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb.4:16). En otro lugar dice: “Acerquémonos con corazón sincero...” (Heb.10:22).

Tú no necesitas hacer méritos antes de acercarte a Dios.

Dios sabe que tú no puedes mejorarte a ti mismo, ni tampoco acercarte a él cuando tu corazón está frío y duro.


 
Pero le puedes hablar sinceramente y decir lo que realmente sientes. Dile que has pecado, que no puedes contigo mismo, que si Él no te ayuda, estarás perdido. Dile sin rodeos todo lo que pasa en tu vida y pídele ayuda. La sangre de Jesucristo está a tu favor, y el Abogado que tienes en los cielos defenderá tu causa. (1ª Juan 2:1).

Si lo haces con sinceridad, recibirás socorro. Dios es tan misericordioso y fiel a su Palabra, que la única manera de no ser ayudado es no pidiendo ayuda.


 
Con todo, recuerda: Si dejas fuera de tu vida a Dios, entonces las consecuencias pueden ser muy trágicas, y sobre todo, perderás la seguridad, el gozo y la paz que sólo Dios puede dar.